La Apnea Obstructiva del Sueño (SAOS) es una patología respiratoria que impide que la persona descanse adecuadamente durante la noche.
La
SAOS se caracteriza por interrupciones continuadas del sueño a las que
siguen bocanadas de aire al despertar; debido a episodios repetidos de
obstrucción o colapso de la vía aérea superior. A consecuencia de estos
episodios, la persona no tiene un sueño reparador, apareciendo así la
somnolencia diurna.
A
largo plazo, la ausencia de un adecuado descanso, produce fatiga
crónica, además de otras alteraciones respiratorias y cardiovasculares.
Junto a estos síntomas, es frecuente que la persona con SAOS se levante
con frecuencia para ir al baño, se despierte con la boca seca; y al día
siguiente se levante con dolor de cabeza, además del cansancio y
somnolencia referido.
Este
tipo de patología que afecta en torno a un 4% de la población; cursa
frecuentemente con problemas atencionales, de memoria, irritabilidad,
así como alteraciones del estado de ánimo. Desde un punto de vista anatómico, diversos
estudios describen la afectación de la sustancia blanca a diferentes
niveles: afectando a regiones prefrontales y parietales y del sistema
límbico especialmente.
Entre
los tratamientos, el primer objetivo pasa por revisar los hábitos
nocivos de la persona: se antoja indispensable evitar el alcohol, dejar
de fumar, además de llevar una dieta sana que controle el peso. Junto a
estas medidas preventivas, es frecuente el uso de aparatos de presión
positiva (CPAP) que facilitan la entrada de oxígeno durante la noche.
Existe también la posibilidad de prótesis mandibulares que permitan la
apertura de las vías, e incluso en casos puntuales en los que exista
algún tipo de lesión como pólipos o hipertrofia de las amígdalas, es
recomendable la cirugía.
Hasta
día de hoy, se conocía la gran importancia de un adecuado control de la
SAOS, por su relación con los accidentes de tráfico y la mortalidad
asociada a problemas respiratorios. Ahora, se ha
podido constatar las consecuencias que a nivel neurológico provoca.
A la izda, cerebro con SAOS A la dcha, cerebro de una persona control. |
Esta permeabilidad incrementada podría estar contribuyendo al daño cerebral, tanto originándolo como intensificando y acelerando su aparición. Este descubrimiento, plantea la utilidad de nuevos tratamientos que reparen y mejoren la permeabilidad de la barrera hematoencefálica, abriendo así nuevas opciones terapéuticas.
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